DE ADENTRO HACIA FUERA
Todas las cosas que me enseñaron, que según decían me iban a dar tranquilidad y felicidad estaban afuera.
Un hombre que ojalá fuera un buen partido, un auto del año, una casa en un buen barrio, eso me haría feliz, también un trabajo en una multinacional, me daría tranquilidad.
Hoy cuando miro hacia atrás y veo el camino recorrido, me doy cuenta que ningún hombre, ni un auto nuevo, ni una casa, ni irme de compras, ni nada material, me hizo feliz, y que tal vez si, el trabajo en la multinacional, me dio tranquilidad. Pero nada, nada, nada me ha dado más felicidad que ser la mujer que verdaderamente soy. Voltear mis ojos, mirar hacia adentro y darme cuenta que la paz y la tranquilidad interior, dan felicidad. Los libros que he leído, las películas que he visto, los platos que he comido, las botellas de vino con las que he brindado, los viajes y caminos recorrido, las enseñanzas de los amigos de corazón, la sonrisa y los tapices de mi hijo, eso me ha dado felicidad.
He entendido que la pareja, me complementa, o lo hará cuando la encuentre.
Pero mi trabajo, independiente, inestable, duro, en servicio, ese me llena de amor, encontré y entendí que es sin lugar a dudas mi misión en la vida, tal vez no me da tranquilidad, pero al hablar de este se me iluminan los ojos y me vibra el corazón, creo que eso es felicidad.
Imagen: Amanda Cass