
FLUYE CON LA VIDA
Cuando empecé a fluir con la vida, la vida fluyó conmigo
Tal cual dijo Rodolfo Cabrera: Si eres cauce y yo soy agua… somos río porque el agua sin un cauce se empantana, y porque el cauce sin el agua está vacío. Seamos río!
Aprendí a soltar la coraza, a dar con sentimiento, a caminar despacio, a respirar rítmica y conscientemente, a mostrar compasión, a abrir las manos, a cerrar los ojos, a soñar amaneceres, a renunciar a la rutina, a despertar y a dormirme agradecida. Fluir es aprender a tener atentos todos los sentidos, es recordar pero no añorar, es sonreír todo el tiempo, es emitir esa luz, que acaricia las sombras.
Así pones la cabeza en alto, nunca miras hacia atrás, no te detienes en el mañana, vives el hoy y de esta manera, vibra el corazón, recibes con sentimiento, generas alegría por tu vida y por la de los demás y recibes el beneficio de tu seguridad.
Así, como por arte de magia, regresará la pasión, partirás hacia nuevos horizontes, despertarás a la vida, los sueños se cumplirán, las ilusiones tendrán olor, los ojos de los que han pasado por tu vida, iluminarán tu rostro y comprenderás que todos han sido maestros. Aprenderás a pensar con el corazón que tienes en el cerebro y a sentir con las neuronas de tu corazón.
Solo de esa manera podrás enunciar tu historia y empezarás a fluir con la vida y la vida fluirá contigo.
Imagen: Amanda Cass