TIC, TAC, TIC, TAC
Empezamos un nuevo ciclo, los cambios siempre nos dictaminan hacer transformaciones, no solo internas, a veces nos dan ganas de un nuevo look, o no estamos contentos con nuestra figura y decidimos hacer dietas y ejercicios en bienestar de nuestro cuerpo, y por ende de nuestra salud.
A veces los cambios los queremos hacer de estado civil, los casados, quieren estar solteros, y los solteros en pareja, olvidando un poco la relación más importante de nuestra vida: la relación con nosotros mismos.
Hace poco conocí a alguien, me llené de emociones, las mariposas en el estómago me rondaban frecuentemente, tenía ganas de verlo, de estar con él. Hice el balance, tenía casi todos mis irrenunciables: mayor que yo, estable e independiente emocionalmente, divertido, trabajador, que ame lo que hace, que adore viajar, cocinar y comer, que haga ejercicio. Transparente, creativo y positivo. Cumplía con casi todos, así que me lance a hacer bunggie sin arnés.
Ahí vamos, ha sido un poco complejo porque no hablamos el mismo idioma, no estoy hablando metafóricamente, es literal, él habla francés y yo castellano muy fluido, esto ha sido complejo, es difícil pero no imposible, pero no es que veo el mundo a través de sus ojos, es que al mirarlo a los ojos entiendo que una pareja debe complementarte, ayudarte a crecer, añadir, sumar, debe caminar a tu lado, nada más que eso, tal vez a su lado la vida sea más plena, más disfrutable, más divertida, llena de más enseñanzas, con más aprendizajes, pero mi relación conmigo ahora es más estable, más calmada, más tranquila, más todo.
Ha sido en realidad enriquecedor, darte cuenta que nadie te puede hacer feliz, que esa es una responsabilidad interna, de adentro hacia afuera, entender que, en pareja, la vida fluye mejor, pero que tu individualidad, siempre deberá estar intacta.
Y como el reloj sigue sonando tic, tac, tic, tac, mejor sigamos disfrutando de las relaciones, del amor, del cariño, de la amistad, riendo en pareja, queriéndonos a nosotros mismos, amando a los que nos sonríe. A gozar que la vida es corta.