LO QUE LA TIERRA ME REVELÓ
Regreso a casa luego de un mágico taller de 8 horas de construcción de tambores, sanando cada célula de mi cuerpo y sintiendo los latidos de mi corazón reflejados en el sonido de esta maravilloso instrumento. Pongo a secar el cuero de mi tamborcito en el baño de claraboyas de vidrio sabiendo que en la mañana recibiría la calidad visita del sol. Entregada a esta conexión de cuerpo y alma de un día tan sanador y lleno de amor, la tierra comienza a temblar. Al principio, no me percaté del movimiento, los latidos y el nacimiento de mi tambor en ese momento me tenían transportada a otra dimensión, a un renacer.
Manuel, mi esposo gritaba del otro extremo de la casa viendo que yo no reaccionaba y fue en ese instante que sentí como navegaba en un barco en medio de una gran tormenta. Aterrada por el movimiento comencé a rezar y a repetir mantras sabiendo que estos sonidos que salían de mi corazón serían escuchados por el centro de la tierra y así dejaría de temblar.
Terminado este feroz remezòn de las capas terrestres, despertó en mí una angustia tremenda, sabía que había sido fatal ¡
Llamamos a Esmeraldas y hablamos con Antonio, el administrador del hotel que tenemos en Same, y nos enteramos de lo terrible de la situación.
Nuestra angustia crecía y la tristeza invadía nuestros cuerpos, por más de 3 horas no recibimos información de lo que había pasado recibimos información confusa y contradictoria. Pasadas las 10 de la noche empezamos a conocer lo que había pasado, la magnitud de la tragedia el número de muertos la extensión de la destrucción.
Qué hacemos? Nos preguntamos, cómo ayudar? Vamos al lugar del desastre? Llevamos comida?
Al dìa siguiente decidimos que lo mejor que podíamos hacer era enviar bambú desde una hacienda de la familia de Manuel e inmediatamente organizamos la cosecha y el envío de un camión de bambú a la zona, sin embargo al ver las noticias y las imágenes de cientos de personas tratando de armar refugios improvisados con diversos materiales, mi esposo Manuel resolvió que lo mejor sería mandar estructuras pre fabricadas de bambú con techos plasticos.
La familia de Manuel, tiene una hacienda de palma africana en Santo Domingo, donde mi suegro Rodrigo Pallares había sembrado hace 30 años algunas hectáreas de bambú gigante, para disfrutar y pasear estos bellos bosques de hierba gigante.
En 2 días teníamos un diseño de una estructura simple y sólida de bambú cubierta de un techo plástico de color blanco nieve que refleja el sol y reunimos un equipo completo de jóvenes constructores expertos con bambú a quienes conocíamos por más de 20 años y a quienes incluso vimos crecer. Gente linda, trabajadora y de gran corazón. Nadie se negó a ayudar y ayudar rápido.
Fue así que tuvimos el material y las personas perfectas e incondicionales que nos permitió actuar en menos de 5 días y enviar casitas de bambú a familias que de un dia al otro se vieron obligadas a vivir en veredas bajo plásticos comunes y tan solo con lo que vestían en el momento del terremoto.
Nuestra experiencia de 20 años de viajes a la selva fue la inspiración que permitió construir estas estructuras , una construcción sencilla que permitía levantar un techo en no más de 4 horas y con unas estructura lo suficientemente fuerte para que en el corto plazo las familias afectadas puedan adicionar paredes y piso para terminar convirtiendo a estas estructuras en casas permanentes. Las dimensiones que Manuel decidió para la casa fueron determinadas por el largo máximo que se puede transportar en un camión común y por el ancho del plástico que habíamos conseguido para lograr los techos frescos, es así que nos dio una casita de 7×5 es decir de 35m2 un 30% más grande que la típica casita popular de caña que es de 24 metros cuadrados, así muchas familias no solo pasarían de un refugio improvisado e inseguro que no les protegía contra la lluvia sino que seguramente pasarían a habitar un espacio mayor al que la mayoría tenía antes del terremoto.
El dolor de cada persona se impregnó en nuestra piel como dolor propio, sentíamos cada lloro, cada pérdida como alguien cercano a nosotros. Debíamos actuar de manera veloz.
En dos semanas habíamos ya construido 53 casas en el pueblo de Chamanga y en El Matal, más de 250 personas dormían ya bajo su propio techo. La voz y los medios corrieron y comenzamos a recibir donaciones muy importantes lo que afirmó en nuestro corazón que lo que estábamos haciendo era lo correcto y lo perfecto.
Yo como mujer pensaba cómo sería posible que una madre, sostén de sus hijos y su marido lograría procesar tanto dolor, vivir el duelo de tantas pérdidas, en un lugar como es un albergue o bajo un maltrecho plástico junto a una carreta? Un albergue, donde se acumula una baja vibración debido a un dolor masivo que termina en depresión y luego en violencia? Cómo volver a activarse y salir adelante si tienes que tragarte las lágrimas por habitar el mismo lugar con tantos extraños?
Pensé, esto es imposible, hay que devolverles esperanza, dignidad y esa alergia que habita en el corazón de las personas.
He recibido el regalo más maravilloso, servir. En muchas ocasiones de mi camino espiritual, me he preguntado, cual es el propósito de mi vida. En muchas ocasiones recibía el mensaje, servir. Pero no sabía a qué exactamente se refería el mensaje.
Ahora entiendo porque sentía siempre un vacío en mi vida porque aunque soy servidora en el diario vivir existía un destino más allá que era servir incondicionalmente a todas las personas, aunque sean desconocidos. Me he dado cuenta que nos conocemos como un todo, que todos somos uno, que todos estamos compuestos de energía y vibración y que cuando entregas amor sin esperar recibir, las leyes universales te lo devuelven multiplicado.
Mi mayor felicidad es servir, es entregar mil sonrisas que alimentan el alma del que siente dolor y necesita sanar. Me siento completa, siento que soy útil en este gran universo, que me conecto con el amor y nada es imposible.
Nació nuestro proyecto CAEMBA y en menos de 4 meses hasta la fecha hemos construido 252 casitas que albergan a más de 1200 personas donde las familias pueden procesar sus emociones y salir adelante con autonomía y dignidad.
Con este artículo quiero decir algo tan simple, todo nació del amor. El ser humano debe y tiene que trabajar en el amor.
En esta nueva era de conciencia universal los seres humanos estamos conectados energéticamente, debemos co crear un mundo de amor, el egoísmo ya no tiene cabida en esta dimensión.
Yo quiero enviar un humilde mensaje a aquellas personas que estén en busca de un camino de amor y de paz para sus corazones, cuiden sus sentidos.
Desde hace muchos años cuido mis 5 sentidos, No me despierto a ver y escuchar malas noticias en la tele más bien despierto mirando por mi ventana los colibríes chupándose las flores del árbol chino. Huyo de ruidos que me pueden estresar, escucho música de vibración elevada que alimenta mi alma, abrazo a todos los que aceptan mis abrazos, hablo palabras bonitas y me percato de las no tan bonitas para no volverlas a pronunciar, cuido mi cuerpo que es el templo de mi alma, convivo con la naturaleza y converso con las plantas, mis perros y mis gatos.
Yo soy sensible y me percato fácilmente si alguien necesita una sonrisa, un abrazo o contacto y actúo. Entrego incondicionalmente lo que tengo y lo que no tengo también.
Hay tantas herramientas sanadoras en las redes y a la vuelta de la esquina. Hay que buscarlas pero hay que querer, hay que comprometerse con uno mismo y ser disciplinado para hacer estos cambios importantes para una vida amorosa y pacífica.
Pienso que todo este trabajo terapéutico de años ha alimentado mi corazón y ha permitido una mente clara y receptiva para recibir mensajes desde el amor desde el centro de mi alma para sentir una paz inmensa y un amor incondicional por todo y por todos.
Mi mágico tambor nació y Yo este dia tuve un llamado de la tierra que me reveló una gran responsabilidad de sostener y ayudar a sanar esas almas en dolor.
MEDICINA DEL TAMBOR
El Tambor es la voz del Espíritu,
Es el pulso de la Tierra,
La puerta de entrada para los mundos,
A todos aquellos que sienten la llamada del tambor…
Ven a tocar el tambor por la Paz,
Ven a tocar el tambor por la Sanación,
Ven a tocar el tambor por la Madre Tierra…